A las cinco en punto, se bendecían las velas de los fieles, así como la que lleva la Virgen en su mano derecha. Con una gran feligresía cantándole canciones y vitoreándola, durante su trayecto por las calles Torremochada, Plaza de Santa Clara, Ancha y Plaza de San Mateo, llegaba a ésta Parroquia a la que pertenece la Ermita de las Candelas para celebrar la Misa en su honor, y presentarle a los nacidos durante el año, como se hizo en la presentación del Señor en el Templo.
Terminada la eucaristía, regresó de nuevo en procesión por las calles Ancha, Plaza de Santa Clara, Consolación y Plazuela de las Candelas, manteniendo así una tradición ancestral.
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